sábado, enero 30, 2010

La experiencia es un grado... bajo cero

En las innumerables conversaciones semanales que tengo con mi amigo Sergio, siempre nos salen más de una solución a los numerosos problemas que vive este país en todos los ámbitos: políticos, sociales, económicos, culturales y hasta deportivos, en alguna ocasión. No nos conocíamos, pero seguro que si hubiéramos podido, le habríamos dicho a Lorenzo Sanz que Secretario y algunos más jamás deberían haber jugado en el Real Madrid.

El tema más actual, al menos hasta que se eche atrás el promotor u ocurra algo que lo haga olvidar, es el retraso de la edad de jubilación en España de 65 a 67 años de forma progresiva y que defiende Zapatero ante los suyos primeros y luego ante la sociedad y otros partidos políticos. La idea no me parece muy mala, más si uno se deja llevar por el alarmismo de la situación de la Seguridad Social y el futuro demográfico del país, que tiene ahora mismo toda la pinta de colapsarse en el tiempo que dicen, o antes, o después... da igual, así no puede ir. Retrasar la jubilación no está mal, pero estaría mejor que antes de eso, las empresas españolas dejaran de hacer eso que hacen de forma tan alegre y que llaman "prejubilación", dando largas a trabajadores con apenas 50 o 52 años y que, además de sus indemnizaciones, empiezan a cobrar sus jubilaciones de la Seguridad Social muchos antes de lo que les correspondería y dejando, por tanto, de pagar al fondo común del sistema. Se cobra 15 años más y se pierden 15 años de cotización. Como idea es de aplaudir... si eres el enemigo de un país y deseas hundirlo a medio-largo plazo.

Lo que se debería hacer es proponer fórmulas para evitar en lo que se pueda las prejubilaciones masivas de trabajadores y si estas se producen, obligar a las empresas a pagar el montante correspondiente de la cotización de cada trabajador hasta los años que le quedasen para jubilarse legalmente, así al menos la Seguridad Social no se vería mermada tan tajantemente.
Eso en caso de prejubilar, que ya digo que debería evitarse, pues en este país nos estamos mal acostumbrando a que la edad y la experiencia sean algo negativo en las empresas, y el reciclaje y el aprovechamiento de esa experiencia acumulada de años de trabajo se pierda como lágrimas en la lluvia, sin promover que se conviertan esos trabajadores en profesores o enseñantes de la profesión-oficio a los nuevos.

Sea como sea, no podemos eprmitirnos perder el valor de la experiencia y permitir estos atropellos, porque nosotros seremos un día cercano quienes estén atropellados por los jóvenes.. o no, proque si no hay jóvenes, como dicen los estudios para dentro de 40 años, pero eso es otro tema que ya arreglaremos otro día... si nos dejan.

domingo, enero 24, 2010

Presuntos lumbreras

Hoy se cumple 1 año de la desaparición de Marta del Castillo. En este tiempo, prácticamente desde el comienzo, los medios de comunicación audiovisuales, las televisiones, vamos, han tenido un filón mediático sensacionalista como hacía tiempo no se tenía, y lo han aprovechado al máximo y como sólo ellas saben hacerlo.

Horas de reportajes, conexiones, entrevistas, imágenes inútiles y divagaciones sobre qué pudo ocurrir y cómo los presuntos asesinos y participantes en su muerte están actuando durante este tiempo. Sobre esto es lo que quería hablar. Algunos periodistas y comentaristas televisimos creen que se hacen los interesantes diciendo que los detenidos, presuntos todavía, son extremadamente inteligentes y que juegan con la Policía, jueces e investigadores. Dicen que saben desde el principio qué hacer y cómo, para no ser pillados. Y por supuesto, le echan las culpas a Internet, las redes sociales, los móviles ("ésta es la generación de los móviles, así es de violenta", decía una tertuliana de Las Mañanas de Cuatro·), a los videojuegos y a todo lo que se les ocurra. Eso sí, a la propia televisión, a los ineptos que salen en ellas, a los reportajes sobre sucesos escabrosos tratados como nimiedades dando detalles asquerosos que no sirven de nada, buscando el dato más sangriento y repitiendo imágenes de esas en bucle en las pantallas que tienen en los fondos de los platos... Decía, que a la tele, es decir, a ellos mismos, no se dicen nada. O los periódicos, con fotos en color de las distintas tragedias que suceden en el mundo. No, la culpa es de lo que ellos no entienden. Menos mal que quedan retratados en sus propias palabras.

Volviendo a los presuntos culpables, no entiendo cómo entre los infinitos y repetidos comentarios que dicen de ellos y sus supuestas mentes retorcidas e inteligentes dispuestas a la maldad, no caen en la idea de que si la policía no les ha acusado formalmente a ninguno es por no tener pruebas. Y si no tienen pruebas no es por la ineficacia de la policía o la astucia de los presuntos delincuentes, sino porque por macabra casualidad, han podido cometer un crimen perfecto en el que se cumple la máxima de "sin cuerpo, no hay delito".

En la cárcel hay un autoinculpado de asesinar a Marta del Castillo, pero su testimonio, como acusado, no vale para sentenciar nada. Está en su derecho de mentir en lo que sea, y eso es lo que ha estado haciendo con seguridad. La autoinculpación vino, con seguridad, en esos primeros momentos tras la detención en los que la policía le haría entender que lo tenían todo para pillarle y que si confesaba era mejor para todos. Esa presión dio sus frutos y se confesó, pero tras el paso de las horas y aconsejado de los abogados y su entorno, no dijo más y se retractó. Y claro, la policía, que pensaba que si no obtenía las pruebas necesarias o con suficiente fuerza podrían contar con la colaboración del acusado, ha visto que no es así, que la estrategia a seguir por los presuntos autores es la de "inocentes hasta que demostréis lo contrario" . Y en eso están, viendo como su presunto delito les salió perfecto y la casualidad ha hecho que no aparezca el cuerpo de la chica. Así que ni tan mala es la policía ni tan listos los acusados, pues los últimos sólo se aprovechan de tener de su lado el que los primeros no hayan encontrado la prueba inculpatoria clave para sentenciarlos.
No parece tan difícil de entender, por muy enrevesado que lo explique aquí, por lo que no entiendo el que nadie lo diga... aunque claro, una postura así tan tajante haría que ya no se hablase más del asunto, con lo que habría que trabajar para seguir rellenando unos minutos en la tele que con este caso se rellenan solitos.

martes, enero 19, 2010

Haití y la pérdida de la fe en nosotros

Hace una semana ocurrió la catástrofe de Haití. Perdón, el terremoto; la catástrofe de Haití lleva ocurriendo desde hace decenas y decenas de años, pero el terremoto, lo que ha centrado y hecho visible este país y sus desgraciadas gentes, ha sido el terremoto que el pasado martes derribó lo poco que una ciudad, Puerto Príncipe, capital de Haití, y lo casi nada que había de un estado. Entre las ruinas, miles de muertos, ya lo sabemos todos y lo hemos visto.

Desde primer momento que ocurrió, he sido muy crítico con los medios de comunicación, con la demagogia, el sensacionalismo y el oportunismo de todos, casi sin excepción. Cada vez más, no puedo dejar de pensar que los medios, como entes no personificados, se sienten afortunados cuando ocurren situaciones de este tipo y, por supuesto, cuanto más graves para quienes las sufren, mejor, pues la cobertura que requerirá será mayor. Desde el primer día las noticias han surgido solas, acompañadas de problemas que a los medios les han sabido a gloria, como dificultades de telecomunicación, para así presumir y vacilar de poder hablar con alguien allí; vídeos y audios de los testigos y víctimas; imágenes de rescates desesperados; declaraciones y testimonios de víctimas (a cuál más desgarradora y vendedora), etc. Los primeros cuatro o cinco días, turno para las noticias de rescatados bajo los escombros tras muchas horas, esos milagros que tanto adoran las cámaras y los flashes.

De la media hora especial de cada informativo de las cadenas de televisión españolas, se ha pasado desde el quinto o sexto día a los 15 minutos, y "gracias", pues ha habido víctimas españolas que han ocupado su respectivo y lógico tiempo. Pero al tiempo que las noticias de hoy son las mismas de las de ayer (desolación, caos, muertos, regodeos sobre amputaciones) y no salen cosas nuevas, la catástrofe del terremoto se autodiluye y cada vez es más crónica que cobertura en sí, pese a los medios materiales y personales que se han desplazado a la zona en sus alardes de poderío informativo-empresarial.

Vende y mucho, ver las imágenes de todo arrasado, de gente herida, muertos y personas que van a morir en los próximos días por falta de asistencia médica. Y además de eso, vende la cooperación y puesta en marcha de grandes dispositivos de ayuda de todos los países del mundo, que tratan de ayudar de forma inmediata al país y sus gentes. Pero la pregunta de cuánto durará este circo mediático es evidente, tanto como su respuesta: cuando las noticias de hoy sean las mismas de ayer y las de mañana; es decir, cuando la gente de Haití tenga que empezar a hacer su nuevo y duro día a día y a nosotros nos vuelva a importar lo mismo (nada), sus vidas y sus miserias.

Todo esto es tan demagógico como a mi modo de ver verdadero. Es así, molesta, a mí mucho, pero al final uno lo tiene que asumir y punto. En unas semanas, las noticias chorras volverán a copar los informativos y la triste clase política tomará el protagonismo que siempre ha tenido en este país: demasiado para lo inútil que demuestra ser. Siguiendo la demagogia, hoy mismo, Juanjo Madueño posteaba en Facebook la noticia de que 150 nigerianos han muerto en una lucha entre cristianos y musulmanes. He ido a mirarlo en las páginas de los diarios digitales y salvo en un brevísimo titular abajo en su portada (imagen), no viene en ninguno. Normal, ni habrá cámaras allí, ni es una catástrofe natural y seguro que ahora, incluso, estorba. ya podrían haberse esperado a masacrarse unas semanas, para poder tener sus minutos de gloria cubriendo esta noticia. Total, hombres matando a hombres... no es noticia salvo cuando no quedan noticias que contar.

Veremos en qué queda la reconstrucción de Haití, que yo supongo que en nada, como siempre. Si el mundo fuera un lugar gobernado por gente mínimamente inteligente y de verdad comprometida, harían de Haití un país reconstruido que pudiera vivir de una industria de energía renovable, que fuera autosuficiente, todo un ejemplo de sostenibilidad, donde su población de pudiera dedicar, con la formación necesaria, a vivir de esta industria. Por desgracia, Haití podría ser un excelente campo de pruebas para hacer un país sostenible a escala total, convirtiéndose en décadas del país olvidado que era y será de nuevo, a todo un ejemplo y modelo a seguir. Pero no, este mundo lo gobiernan los de siempre, y lo que es peor, los gobernados, nosotros, también somos los de siempre, y mañana pasaremos de Haití como de otras utopías. Aquí fallamos todos, y fallamos a Haití y al resto de la humanidad.

martes, enero 05, 2010

Blasfemias sagradas

Porque en algunas ocasiones hay gente que expresa justamente lo que tú piensas y de la mejor forma posible, en vez de reiterarse en la idea, es mejor sumarse a sus comentarios. Sobre la ley que considera delito la blasfemia en Irlanda, desde Escolar.net, un usuario que firma como Moreno:

(...) la cortedad de vista de los católicos y por extensión, de los fieles que creen que esta ley y estas disposiciones van a servir para proteger su fe y, por lo tanto, es cosa buena.

Porque, no nos engañemos, cuando el católico español o irlandés piensa en una blasfemia, está refiriéndose a una contra su dios, no contra los demás. En España, por ejemplo, la gente piensa en un “me cago en dios” como blasfemia, pero nadie piensa en un “me cago en Alá”, o “me cago en “hare Crisma”, o en “me cago en la Iglesia de la Cienciología”, o incluso “me cago en el reverendo Moon”

Por su puesto que, a regañadientes, los católicos irlandeses, y si se acerca la ley esta a nuestros lares, los nuestros, tendrán que aceptar a regañadientes que sea blasfemia cagarse en representantes de otras religiones, lo cual puede resultar en curiosas condenas si se les ocurre elegir a Tom Cruise, por ejemplo, líder religioso en la Iglesia de la Cienciología.."

(...)

Yo, por supuesto, pediré in-me-dia-ta-men-te la consideración del Spaghetti Volador como Dios a proteger de todo tipo de blasfemias (incluida la negación de su Divinidad ¡no faltaba más!)"

(...)

Lo que nunca aceptarán los católicos (ni patrios ni irlandeses, me temo) es que merezca el mismo tipo de reproche una blasfemia contra un líder político, o futbolístico. Apuesto que nunca aceptarán que un “me cago en Joan Laporta” sea una blasfemia y castigado como tal. Con la cantidad de “me cago en Zapatero” que se leen (...)

Y es que se permita insultar a los miembros de un partido político, a sus fieles y a sus creyentes, y no en cambio a los miembros de una determinada religión. “Hombre, claro, es que no es lo mismo” te dicen los católicos cuando les afeas que te cuenten chistes de “lehendakaris” y madres prostitutas, después de haberte fulminado por un comentario (respetuosos, pero descreído) sobre la paloma que dejó encinta a una moza. En el fondo, ese “Hombre, claro, es que no es lo mismo”, se traduce por “Mis creencias son mejores que las tuyas, dónde va a parar”. Que es lo que los católicos irlandeses están a punto, o han aprobado ya.

(...) por qué se permite insultar en los Foros –y en la calle- abiertamente a Carod Rovira, o Florentino, pongo por caso, que después de todo son personas físicas, de cuya existencia no duda nadie., y en cambio va a ser castigado un supuesto insulto a una entidad incorpórea cuya existencia no está probada.

A lo mejor es porque, después de todo, Carod Rovira ya puede acudir a los Tribunales, o soltarte un sopapo.

Si es el caso, si la Ley contra la Blasfemia no va a acoger los insultos contra Laporta o Del Nido, y sí contra otro tipo de entidades sin manos para dar collejas, resulta curioso pensar en qué poco tienen los católicos a su Dios que, omnipotente y todo, no parece capaz de castigar por sí mismo a los incrédulos, cuando tienen que crear leyes para vengarle…"

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Soberbia esta reflexión acerca del pelgri de que la religión vuelva a dictar las leyes civiles paíoses democráticos y de libertades fundamentales. Alguien ha puesto en marcha el condensador de fluzo... viajando al pasado... a la Edad Media...