sábado, agosto 19, 2006

Verde y morá... o púrpura

Hoy 19 de agosto es fiesta en Málaga: se celebra el aniversario de la (re)conquista de la ciudad por parte de los Reyes Católicos. Eso fue hace ya… 419 años. Estoy leyendo sobre este día y veo que no siempre ha sido fiesta en Málaga, sino que el día festivo era el 18 de junio, días de los santos de San Ciriaco y Santa Paula [mi barriada verdadera], santos presentes en el escudo de la ciudad. Fue el alcalde Rafael Aparicio 1987, 400 años después de la toma cristiana de la ciudad, quien cambió la fecha festiva del 18 de junio al 19 de agosto, para así hacerla incluir en la Feria de Málaga y, o alargarla un día más o si coincide en lunes llamarle “lunes de resaca” o si cae en mitad de la feria que sea un día elegido para que la gente no trabaje y disfrute la feria (supongo).

Tampoco es que se celebre por las calles y fuegos artificiales, pero está todo cerrado. Y es una fiesta que conmemora una victoria cristiana y una derrota musulmana. Si nos dedicamos en mantener este tipo de celebra de nosotros sobre los demás, no podemos quejarnos que los demás también celebren sus victorias o reivindiquen consecuencias de sus derrotas. Por supuesto no es justificar nada ni un “no los buscamos, nos lo tenemos merecido”, pero tampoco hay que ir por ahí presumiendo de estos días porque no genera mucho bien. Preferiría que se mantuviera la razón de la festividad por los santos e incluso porque beneficia a la ciudad y es bueno para la feria o porque yo lo valgo.

Otra vez me pasa, no iba a hablar de la Feria, de las fiestas, de los santos y tal, pero ya puestos y pensando, sigo. Muchas veces, las celebraciones de santos, vírgenes, etc., provocan cortes de circulación y molestias en las calles. Prácticamente nadie se queja, pero si alguien lo hiciera llevaría razón. No comprendo el motivo por el cuál una persona debe verse afectada por la celebración y actos religiosos si no es creyente de esa o de ninguna fe. “Por qué a mí, no cristiano, tienen que perjudicarme en mis desplazamientos por la ciudad porque otros están celebrando cuestiones que ni me van ni me vienen”. Con todos los respetos, por supuesto, pero eso daría motivos para celebrar todos los acontecimientos religiosos de otras creencias y nadie debería quejarse. Como esto no pasa y no creo que pase porque dudo que la libertad y sobre todo la integración de los extranjeros y no extranjeros con sus costumbres llegue hasta tal punto, seguro que antes se eliminarían los motivos religiosos de las festividades, sin quitar estos días de fiesta, simplemente argumentando otros motivos más laicos. O cambiando las fechas, aunque esto es más complicado

La verdad que nuestro calendario está lleno de festividades fundamentadas en acontecimientos religiosos, desde la Navidad hasta Semana Santa pasando por todos los patrones de todos los municipios del país. Tenemos un Estado laico, que no aconfesional, porque si fuera así, no podrían destinarse, a mi entender, fondos públicos a celebraciones religiosas y eso sería enfrentarse a la mayor parte de la cultura popular del la gente que, con fe o sin fe, las continúa como meras costumbres. A mi no me molestan, las fiestas bienvenidas sean, sobre todo si nos quitan unos días de trabajar y estudiar y que, por cierto, a partir de septiembre y sobre todo de octubre, tendré que hacer hasta final de año. Es más me encanta que el día de mi cumpleaños sea fiesta nacional.


Ala [no Alá], otro post, como decía antes, escrito sin pensarlo casi. Y mira que esta vez tenía temas de los que hablar. Mejor, así habrá más posts y no parecerá el blog del Guadiana.

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