sábado, octubre 28, 2006

Donde dije digo digo Diego o Manolo

Es complicado entender hoy día en este país a casi cualquiera que haga una declaración pública: nos han mal acostumbrado a que puedan decir una cosa y la contraria y que no pase nada. Lo vemos con los políticos día sí, día también, y últimamente con los medios de comunicación. Recomiendo, en este aspecto, la lectura y el seguimiento del blog Periodismo Incendiario, del periodista gallego Manuel Rico, en donde estos días está mostrando con hechos y palabras que la memoria es débil, aún más si se educa a la gente a no tener memoria e, incluso, a no darse cuenta que se e está engañando y diciendo lo contrario a lo que se dijo poco tiempo atrás. Es uno de mis blogs de obligada lectura diaria. Evidentemente, no siempre estoy de acuerdo con lo que dice y las formas, pero se agradece un esfuerzo como el suyo.

Uno de los últimos ejemplos de la contradicción hecha palabra lo ha escenificado el consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, en su intervención durante su intervención en Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum el pasado viernes 27 de octubre. Al leer la noticia uno se pregunta si es posible decir en un mismo discurso que “los medios de PRISA no se sienten comprometidos con ninguna opción política o económica, sino con los lectores, los oyentes y los telespectadores y con el rigor informativo” y luego “Esto es "mucho más importante que discutir sobre el ácido bórico" o que “en España no existe una guerra de medios; y luego esto: "Sólo hay que mirar las hemerotecas para ver qué publicaban entonces a favor del GAL los que luego han afirmado haberlo descubierto”. Es simple y llanamente gracioso, como dice mi amigo Antonio.

Es difícil creer que no exista una guerra de medios en España, con ver la sección de Quequé en el programa de Eva Hacha cada semana uno sale de cualquier duda: sí hay una guerra y, además, declarada. No sé hasta donde llegará este conflicto mediático, a quién afectará y en qué medida, pero lo cierto es que no deja nada positivo a su alrededor.

Lo peor de todo es que el lector/oyente/espectador de los medios de comunicación y los ciudadanos en su vertiente política quedan muy mal parados. Por un lado porque medios y políticos son capaces de decirles que A y A es lo mismo, incluso que A y lo contrario de A es lo mismo. Por otro lado, el que parezca que los ciudadanos no se dan cuenta de este hecho y son convencidos de lo que los políticos y medios les dicen. Dudo que la gente sea tan estúpida, por lo que me temo que cada vez nos importa menos lo que pasa a nuestro alrededor y hay menos ánimo de exigir responsabilidades mínimamente éticas y morales. Algunos dicen que no es pesimismo, sino realismo. Cuando la realidad es pesimista y pésima…


Por cierto, el 3 de noviembre se estrena a película ‘GAL’. Nada que decir salvo que en el cartel de la película, bajo el nombre de GAL pone: “La historia real que sacudió el País”. Me apostaría dinero y la palabra a que este subtítulo es sugerido, al menos, por Pedro J. Ramírez, director de El Mundo.

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