lunes, noviembre 03, 2008

Emplearse contra el desempleo

La siguiente historia tiene lugar entre las 9 y las 10 horas de la mañana del día de las elecciones presidenciales de Estados Unidos...

El número de parados en España registra un aumento en el último mes de 192.658 personas, situándose en un total de 2.818.026 personas. Es la subida durante el mes de octubre más elevada, unas 6 veces mayor que octubre del pasado año, cuando por "crisis" sólo se nos ocurrían las del Madrid, Barcelona o algún partido político a nivel local o regional.

Como puede verse en el gráfico de elmundo.es, la subida de este mes de octubre es espectacular, propia de una situación grave de consecuencias graves y pocas medidas para evitarla. Hemos perdido meses discutiendo si estábamos en crisis, en situaciones económicas difíciles o en desaceleración. Cuando el castillo de la construcción ha empezado a derrumbarse, muchos pensábamos que era lo lógico tras años y que, como decía el ministro de Economía, Pedro Solbes, esto podría servir para reajustar el modelo productivo. El problema es que el castillo del ladrillo se ha ramificado con los demás castillos de este país y el derrumbe es generalizado.

No hablamos ahora de varios miles, decenas de miles o cientos de miles de parados de la construcción, insostenible desde hace tiempo. De los 192.685 parados del mes de octubre, 113.700 provienen del sector servicios y 20.000 procedentes de la industria, personas que han perdido sus empleos principalmente por el cierre de numerosas empresas que tras llevar meses avisando de sus delicadas situaciones económicas, no han podido superarlas y han cerrado. Nadie ha hecho caso a esos avisos, dados primero en forma de reducción de plantillas y finalmente en forma de adscripción a un concurso de acreedores. Y todo porque nuestra fuerte banca no ha tenido a bien dar créditos a estas empresas. Lógico, por otra parte, ahora no se da el dinero a quien quizás no lo pueda pagar. Por este motivo, era necesario que el Gobierno de España se hubiera puesto el mono de trabajo hace unos meses y hubiera garantizado la concesión de esos créditos a estas pequeñas y medianas empresas, con el aval que un estado que va presumiendo de que tiene un fondo enorme para hacerlo.

Ahora es tarde. Las medidas que anuncia Zapatero ahora para ayudar a las familias están bien, pero muchos de los recursos que vana destinarse para ellas podría ahorrarse si se hubiera evitado la destrucción no sólo de puestos de trabajo, sino de empresas. Los analistas, esos colegas de Octavio Acebes y Aramis Fuster, dicen que posiblemente el próximo año el Euríbor caerá hasta el 2.5 por ciento, que sumado a otras bajadas de precios de algunos productos, hará que la gente disponga de dinero para gastar. Sin empleo no hay sueldo y sin sueldo no hay para gastar: no creo que el Gobierno dé partidas y ayudas a los desempleados para salir al cine, comprar en el Corte Inglés, desayunar en la cafetería de abajo y cenar en las hamburgueserías de barrio y así dinamizar la economía. Aunque claro, tampoco hará mucha falta, pues muchos de esos negocios han cerrado ya o lo harán próximamente por el mero hecho de no serles concedidos un crédito para poder pagar el alquiler del local y mantener unos meses a sus empleados, esperando esos tiempos de euríbor y precios más bajos. Una vez cerrados, difícilmente volverán a abrir, por lo que no habrá lugares a dónde buscar un puesto de trabajo.

Ahora dice Pedro Solbes que prácticamente han agotado el margen de política discrecional del Gobierno para la crisis, y que "ya han hecho mucho". Definitivamente Solbes será mejor, peor o regular como ministro de Economía, pero como político es absolutamente nulo: no se puede decir abiertamente que has agotado todas las vías que tienes para actuar ante un problema y pensar que vas a seguir ahí, sin cambiar. Si el político no peude hacer más para cambiar las cosas, es momento de cambiar al político. Precisamente hoy los usamericanos están votando a un nuevo presidente, eligiendo entre la continuidad o el cambio.

No sólo a las empresas que han cerrado se les ha acabado el crédito, sino que también se acaba el crédito de un Gobierno que ha estado presumiendo de fortaleza económica, sistema financiera, fortaleza y destacando que no somos como los demás países durante meses y que ahora se encuentra un país económicamente parado y socialmente conmocionado por estas cifras que hacen que prácticamente de la noche a la mañana, haya más de medio millón de gente sin empleo. Suerte tuvo Zapatero de que las elecciones fuesen en marzo pasado, cuando la crisis era de los demás y sólo la globalización era la causa de que nos tocase de refilón, porque de ser el próximo año, ni la Reina hablaría de los homosexuales, el aborto o la eutanasia.

Quizás, como dice Solbes, las medidas "discrecionales" se hayan acabado y sea momento de medidas nada discretas, directas y dirigidas a los que de verdad tienen el dinero para que lo presten y lo muevan. Más ahora, cuando insisten en que éste es el momento adecuado para cambiar el modelo productivo de España, marcado por, como dice Pasqual Maragall, haber vivido de la construcción, el turismo y sobre todo del cuento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bastaría con anular los billetes de 500 y de 100 a un mes vista para que puedan descambiarlos y luego esperarlos en el banco con el furgón en marcha para irlos llevando a Guantaza-mo. Luego nos repartimos sus billetes y sus mozas. Zas, en toda la boca con la po*a.

By feliss^^