Se mascaba la tragedia cuando en el descanso Unicaja perdía de 19 puntos. El chicle europeo para el Unicaja terminó explotando al término del tercer cuarto cuando la diferencia seguía siendo 19 puntos abajo frente al Olympiacos griego. Ha acabado el partido y toca quitarse de la cara los restos pegajosos de este chicle que ha dado mucho de sí. Desde ser el mejor equipo europeo en la fase regular, con 12 victorias (11 consecutivas) y una única derrota.
Clasificados para el Top 16, el sorteo puso un grupo muy igualado, sobre todo entre el barça, el Unicaja y el Olympiacos. Todos suponían que sería una lucha muy pareja entre esta tripleta de escuadras y así lo parecía hasta hoy. El Olympiacos ha vuelto a ganar al Unicaja, arrollado aunque no humillado: se ha perdido porque se ha hecho una de las tres peores medias hora de partido de baloncesto que yo recuerdo en mucho tiempo y que seguro pocos expertos recuerden igualmente. Que de los 20 miserables puntos del primer tiempo, 20 minutos, 15 hayan sido de tiros libres explica el inexplicable desacierto en el tiro del Unicaja con sólo una canasta de dos de Nicevic y un triple de Garbajosa. No entraba nada. Había pérdidas de balón, malos pases, malos controles, pero nada fuera de lo ‘normal’. El único fallo ha sido en el lanzamiento a canasta, errando bandejas imposibles como la de Sánchez o entradas a canastas como algunas de Brown.
El Olympiacos tampoco ha jugado demasiado bien, si no contamos con el sorprendente Edney. No lo conocía [eso puede decir mucho de mi seguimiento del basket que es limitado, sinceramente] y me ha dejado boquiabierto otra vez, como en el partido en Grecia. Si el Unicaja mete simplemente dos tercios de la mitad de los tiros que ha fallado, gana el partido e incluso remonta el basket-average, pero no ha habido manera. Cada vez que nos acercábamos al marcador, a 12-14 puntos, sabiendo que 5 minutos en baloncesto es un mundo, llegaba el padre de Makario (Papamakarios) para meter un triple de 7 metros. Puñaladita a puñaladita el Unicaja ha acabado descosido, aunque el roto se ha evidenciado durante todo el encuentro, disimulado desde la perspectiva fanática, en el buen sentido de la palabra, de los que somos de este equipo. No queríamos verlo, sabíamos que se iba a remontar; nos ponemos en torno a 10 al acabar el tercer cuarto y ganamos al final de 5-6 puntos y todo hecho. Pesadilla
Ahora, con la eliminación al 99%, sólo hay una posibilidad matemática. Ésta sólo puede darse con la eliminación del Barça [no me daría pena, por ser madridista y porque significaría la clasificación del Unicaja]. La secuencia de los hechos próximos son:
término de la jornada 4: Barcelona – Zalguiris. Gana el Zalguiris-> Barça 3-1, Olympiacos 3-1, Unicaja 1-3, Zalguiris 1-3.
Jornada 5: Olympiacos – Barça, gana el Olympiacos; Unicaja – Zalguiris, gana el Unicaja-> Olympiacos 4-1, Barça 3-2, Unicaja 2-3, Zalguiris 1-4;
Jornada 6-> sólo interesa el duelo Barcelona – Unicaja. Debe ganar el Unicaja por más de 3 puntos-> Olympiakos clasificado, Unicaja 3-3, Barça 3-3 y Zalguiris eliminado.
Es posible, pero muy muy muy difícil. El escollo mayor para que se cumpla esta profecía cajista es el Zalguiris. Dudo que gane al Barcelona en su casa. Esto es lo negativo. Lo positivo es que esto es basket y que todo se puede resolver (en contra) este mismo jueves cuando se dispute el Barça-Zalguiris a las 20.45 por Teledeporte.
martes, marzo 14, 2006
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