"Cuando Salomón dijo que había un tiempo y un lugar para cada cosa, no tenía problemas para aparcar su automóvil." Bob Edwards (1947), periodista estadounidense
Este Bob es de los míos.
Calcula Automovilistas Europeos Asociados, que debe ser una asociación fruto de un atasco desde Gibraltar hasta Polonia, que con el carné por puntos más de 30.000 “conductores” perderán su permiso de conducir cada año. Bien! Cuantos menos seamos, mejor para los demás. Bien porque seremos menos, pero los que conducimos menos mal, sin poner en peligro constante la vida de los demás. Sin ser asesinos en potencia y armados. Qué bien!
Respecto a la sentencia con pena de cárcel a un conductor por haber atropellado a una persona causándole, es algo que ha causado un shock, porque nadie se imagina que podía pasar, aunque era necesario realmente. Hablamos de un conductor que cogió el coche con una alta tasa de alcohol en sangre, que atropelló a un obrero. Un asesino que cogió un arma y salió a lo que fuera.
Es lo mismo que quien decide coger una pistola y lanzarle a la calle, o con un cuchillo. Armados todos.
Esto no significa que en cada atropello con resultado de muerte se vaya a meter en prisión todos los conductores. En muchos caso, muchos, la causa, la culpa, la suele tener el peatón, que nos arrojamos a la carretera por donde no debemos, distraídos, sin mirar, creyendo que nos da tiempo o que el coche ya parará pensando que no le “conviene” atropellarnos, hablando por el móvil, sin mirar, sin fijarnos en el muñequito rojo o verde, como si sólo estuviéramos nosotros.
Y cierto, cuando vemos a una persona que se echa a la carretera a 50 metros y sabemos que al ritmo que vamos le atropellaríamos, pues frenamos un poco, lo justo para que pase, a veces, sin que tenga que correr y lo haga a su paso normal. Pero si el conductor fuera distraído o no le da tiempo a frenar, pues ocurre lo fatal. Y aunque no pase, te sueles llevar la bronca del peatón, como si tuviera razón. Y eso molesta mucho.
Estoy a favor por las penas de cárcel, eso sí, no muy elevadas, porque tampoco hay suele haber premeditación para matar a alguien atropellándolo. Suelen ser accidentes, que deben separarse a su vez de las imprudencias y homicidios involuntarios. No es lo mismo atropellar a alguien por distracción que por ir ebrio. Hay muchas circunstancias y deben estudiarse todas. No creo, repito, que haya quien admita o diga que sí, que él cogió el coche para matar. Por ello, no es tan comparable en pena a los asesinos que cometen sus crímenes a sangre fría.
Confío en la Justicia, en que ésta sabrá tipificar los delitos, sus causas, atenuantes, eximentes, motivaciones, excusas, etc. y que se pondrán los castigos pertinentes.
Vienen aires nuevos para aquellos que se toman el conducir como si no pasara nada. Vienen tiempos de cambio, esperemos que sirva para arreglar muchos males de las carreteras y nuestros, que somos al final los que decidimos pisar más el acelerador, pasar en rojo, no abrocharnos el cinturón, conducir sin carné… Esperemos que todo sea mejor.
jueves, mayo 11, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario