Hay un teclado, o proyecto de teclado llamado ‘Optimus’. La pinta y utilidad de este teclado es muy buena, pero como dicen en Microsiervos [un weblog que ya incluso me está dando algo de fatiga recoger sus anotaciones para mis posts, aunque trate de “arreglarlo” mencionándolo y recomendándolo por activa, pasiva y subjuntiva], va camino de convertirse en un “vaporware”, kicir, un bluff (como me lo fue El Laberinto del Fauno), casi un bulo o una decepción mayúscula, vamos, con ‘bloq mayús’ activada.
El tecladito no es que fuera a ser muy asequible, 1200 euros, la idea quizás lo valga, aunque sea para el inicio. Es un teclado cuyas teclas están compuestas de pantallitas OLED, que se encienden y reflejan con iconitos las funciones que cada botón representa según el programa que se utilice, ya sea un juego o cualquier otro software.
Bueno, para más información de este teclado ya os dejo que miréis los posts de Microsiervos y la web de la empresa, que saben más que yo y lo dicen mejor.
De verdad, viendo las imágenes no quiero imaginarme al loco alemán aporreando ese teclado porque un personajillo del Unreal va a por él sin respiro. Aunque si lo hace, le pedimos todo el mundo, seguro, que vuelva a grabarse porque no tiene desperdicio cuando se pica.
Hablando de piques, hace tiempo que de verdad no me pico a un videojuego. Creo que por suerte, no sé. No tengo mucho tiempo para hacerlo y tampoco es que haya veces que lo considere lo mejor. A lo más que juego es al Worms Armageddon, un video juego de PC del año 1999, por lo menos, aunque jugando con relativa asiduidad lo hago desde… [a ver, echando cuentas… tengo PC desde 2001…] cuatro o cinco años muy perfectamente. Y como pique de verdad, desde el año pasado con mis amigos, con partidas auténticamente míticas. También jugamos un tiempo largo al Unreal, aunque mis enfados con el juego por esos semi-dioses que juegan y me mataban sin cesar no fueran tan bávaros. Luego las partidas típicas al Need for Speed, aunque por Internet no he jugado mucho. Age of Empires en sus inicios, Soul Reaver, los Tomb Raider… hay más pero tampoco muchos.
Últimamente me han querido convencer de jugar al Oblivion, que dicen que tiene unas 700 horas de juego [wow] y al World of Warcraft. Este último a través de una trampa consistente en un capítulo de South Park en el que los chavales de la serie tiene que salvar el mundo Warcraft de un tipo que, convertido en otro semi-dios, va a matando a todos los demás jugadores de este mundo virtual. El amigo del trabajo que me lo recomendó cayó en la trampa y tras ver el capítulo de dibujos no pudo evitar, acompañado de un amigo suyo, comprarse el juego, instalarlo y meterse en ese universo paralelo. Yo fui fuerte, resistí a la tentación de comprar el juego una vez vi el capítulo a través de Google Videos en tres partes (1, 2 y 3). En realidad, después de verlo, subtitulado por cierto, me entraron ganas de comprarlo, muchas, pero como me dije de verlo a las 12 de la noche, pues cuando acabé ya no había tiendas abiertas y yo tenía que acostarme. Así que lo que más recuerdo es que me levanté al día siguiente recordando que la noche anterior tenías muchas ganas de algo, pero nada más. Un gran triunfo, una gran historia, que creo que me ahorraré de contársela a mis nietos…
1 comentario:
Ni se te ocurra caer en el WOW, tengo amigos encganchaos y ya casi ni los veo xD
Un saludo!
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