Pero que bien habla Rodríguez Ibarra, madre mía qué clarito deja las cosas. Da gusto. Ojalá todos los políticos fueran así. No serían políticos, claro.
Y es que no hay mucho más que decir: Zapatero se ofreció a aprobar el texto que saliera de la mayoría del Parlament, pero dando por hecho que este texto nunca sobrepasaría la Constitución. Sin embargo, Maragall cogió esa mano tendida del presidente para demostrar que el PSC es un partido socialista, pero catalán. No es el PSOE en Cataluña, no es una federación del PSOE como puede ser en Andalucía o en la Comunidad Valenciana, sino que el Partido de los Socialista Catalanes (que no Socialistas Obrero Español) es un partido que se alió con el PSOE hace ya mucho con el fin de alcanzar objetivos comunes [todo esto es mi punto de vista]. Estos objetivos pudieron ser la defensa y la lucha por los derechos de los pueblos que componen España antes las dictaduras del siglo XX. Pasadas éstas, con la Democracia [parece la típica película que en 5 segundos te lleva a la acción “40 años después”], los objetivos de ambos partidos se han ido bifurcando hasta llegar a la situación actual: el PSOE es un partido español, y el PSC, catalán. Y nada más y nada menos.
Por tanto, el PSC, conseguido la autonomía y el reconocimiento de su identidad histórica y todo eso [que me parece perfecto y justo], pide un paso más. Ser una nación reconocida, que hoy día significa ser un estado. Y es lógico que empiecen por “nación” y deseen acabar por “estado”. Por supuesto no van a querer una independencia radical, sino establecer relaciones entre estados, cual Unión Europea. Es como si los partidos de España quisieran que se reconociera el Estado español dentro de un hipotética Europa Unida, defenderían su historia y reconocimiento a los niveles más altos posibles. Lo mismo [salvando todo lo que haya que salvar] creo que pasa en Cataluña. El problema?, el del PSOE, que ve como sus aliados socialistas piden más, piden algo que ellos no defienden. La solución? Pues diferenciar claramente los dos partidos, separar al PSOE del PSC y que cada uno defienda lo suyo sin perjuicios internos*. Porque con esta unión Zapatero sale perjudicado al “cortar las alas” al Parlament, y Maragall sale también perjudicado al ser un “desleal” con el partido. Gana el PP, pues se mantendrá la unidad de la Constitución, eso está claro.
Otra cosa muy clara será el texto que salga de las Cortes Españolas: un texto, un Estatuto que estará bajo la Constitución, después de haber recortado y eliminado todo aquello que la superó cuando entró en las Cortes.
Para tratar de aclarar rápidamente el cacao que he escrito arriba, sólo apunto esto: la reforma estatutaria de la Comunidad Valenciana es por acuerdo del PP y PSOE valencianos; en Andalucía será PP y PSOE andaluces; etc. No me queda muy claro en el País Vasco. Creo que si no existiese ETA [ojalá nunca lo hubiera existido], las cosas habrían ido por otros derroteros, incluyendo al Partido Socialista de Euskadi, quien también defendería la autonomía del País Vasco, pero que se unió al PSOE por los mismos objetivos que el PSC. Lo dice la historia de los socialistas vascos: “Fuimos siempre un partido de extraordinaria influencia en el PSOE.” Tanto PSC y PSE se unieron al PSOE por intereses comunes. Es hora de los intereses propios [repito la idea mucho, ya lo sé, pero creo que está bastante claro y me gustaría que se notara].
Conclusión personal: Pasqual Maragall no es desleal al PSOE, es leal al PSC.
NPB:
*No quiero pensar los problemas que habría para el PSOE una separación del PSC, electoralmente, claro.
jueves, octubre 13, 2005
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