Quintero recalca en varias ocasiones el que la decisión es “unilateral” por parte de TVE, a la par que “desmedida”, y que él no ha tenido nada que ver. Me parece bien que lo diga, que quede claro quien ha sido el responsable último de esa decisión y a quién hay que dirigirse para mostrar su acuerdo o desacuerdo por ella. Quintero sólo hizo la entrevista, mejor o peor, tolerando más o menos, incidiendo en unos temas más que en otros o viceversa. Jesús Quintero dice considerarse más “víctima” que culpable de algo y que la “polvareda” levantada es para enturbiar su trayectoria profesional. No conozco muchos enemigos de Quintero, ni siquiera competidores que quieran verle fuera de la escena pública. Todo el mundo sabe que es único haciendo las entrevistas que hace, manejando el ritmo, las palabras y los silencios como nadie, pero es también cierto que es lo que lleva haciendo durante toda su “trayectoria profesional” y que es algo repetido, sobre todo cuando se suelen destacar más las formas que el fondo y las formas nunca cambian. Lo explica mejor Pérez de Albéniz…
Quintero no ha presentado su dimisión, da sus razones de ellos y también dice que en su contrato con la cadena pública, en caso de “desavenencia o discrepancia, prevalece el criterio de TVE”, el cual, acata. Cada uno sabrá qué condiciones firma en sus contratos, pero creo que ni a Quintero ni a nadie hoy día le sorprende que puedan pasar estas cosas en España. Por último, es toda una declaración la despedida con un “buenas noches y buena suerte”, que aunque puede ser también pura demagogia, resalta la presencia de la censura, en cualquiera de sus formas, en los medios, sobre todo aquellos que están más controlados por los políticos.
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Barry Ryan - Eloise
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