jueves, febrero 15, 2007

Pacto de medios

Comienza el juicio por los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid. El proceso empieza, pero la guerra de medios continua y se hará más cruenta inclusive. Sobre la mesa de las redacciones de los diarios, radios y televisiones más importantes y más politizadas de este país se encuentran los agujeros negros, los peones, las peticiones ‘por saber’, la goma dos ECO, la goma dos EC, el dinitrotolueno [por qué no me extraña que Word no me acepte esta palabra…], titadine, conspiraciones, confidentes, traidores, traicionados, tramas, corruptos, desinformadores… Todos estos elementos se han estado utilizando sin descanso como supuestas revelaciones y como periodismo de investigación, cuando la mayoría de ellos no han sido más que inventos, rumores, no-noticias e informaciones interesadas cuando no puras desinformaciones.

No ha habido respeto a la Justicia por parte de los medios (y generalizo a conciencia aunque haya “unos” más que “otros”), pero es difícil conseguir y pedir respeto cuando desde la política hace mucho que se perdió el respeto a los jueces, a su independencia y a su trabajo. Si una sentencia o un proceso no es el que se espera se ataca sin piedad, recurriendo al insulto y a destapar las vergüenzas pasadas de los magistrados. Si la sentencia es favorable, asistimos a la imparcialidad y el buen hacer de los jueces y de nuestra Justicia, aunque dos días antes se les hubiera puesto a caer de un burro porque se especulaba con que dieran una resolución contraria a los intereses del medio.

El juicio del 11-M va a ser largo: cinco meses, dicen. Los medios de comunicación españoles van a tener tiempo más que suficiente para amoldar sus estrategias conforme les venga en gana, puesto que el despliegue informativo, el número de acusados, víctimas y demás personas que tienen algo que decir o incluso que no tienen nada que decir sobre este tema, va a ser enorme. Unos días veremos cómo se aplica bien la Justicia y otros veremos cuánta inJusticia hay en España. Más que nunca, se trata de vender hoy, pues mañana es otro día.
Podría seguir mucho más, pero no trato de analizar las actuaciones de los medios hasta la fecha y menos predecir sus acciones durante el juicio del 11 de marzo: para eso ya hay infinidad de sitios que lo hacen acertadamente y muestran a todos los que quieren ver cómo están las cosas de divididas en tantos ámbitos de la sociedad española.

Lo que quiero, lo que querría, pues es una utopía visto el panorama mediático y sus actores y personajes, es que todos los medios dijeran mañana mismo que van a acatar cada uno de los fallos, de las sentencias, de los procedimientos y de las resoluciones que los magistrados establezcan en relación a este juicio. Que hicieran un pacto para dejar trabajar al Poder Judicial con total libertad, sin coacción, sin mentiras a su alrededor y sin sembrar dudas sobre los jueces acerca de su trabajo, su formación y su independencia. Que se respetasen sus decisiones y que si no están a favor utilicen correctamente sus páginas de opinión para decirlo; y si tienen alguna otra información que contradiga lo que las sentencias manifiestan, vayan al juzgado y lo pongan en conocimiento de la Justicia para que actúe si lo estima oportuno. Pero sobre todo, querría que dejaran de lado todo lo que han ido haciendo estos meses atrás, que no ha sido más que contaminar la atmósfera del país de una forma tan salvaje que cualquier día aparecerá nuestra prensa en el Protocolo de Kyoto.


Por cierto, lo primero que se ha dicho desde las asociaciones de víctimas de terrorismo, desde el grupo de psicólogos que les asisten y otros expertos en estos temas, es que se trate de la mejor forma posible a las víctimas, que no se les obligue a recordar en demasía lo sucedido y que no se sea cruel con el tratamiento informativo. Pues bien, ya tenemos en todos los medios, sobre todo televisiones, las reconstrucciones ‘paso a paso’ de todo lo que sucedió en aquellos días trágicos; ya ha empezado Antena3 a poner las imágenes de las explosiones en Atocha grabadas con cámara de seguridad y con la voz de una grabación de una llamada de alguna chica que estaba allí en ese momento. Menudo respeto y caso se les hace a las víctimas.

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