Querido amigo,
En los últimos días está usted siendo noticia cuasi mundial por ser el hombre que se quedó encerrado en un ascensor durante 41 horas. Ha señalado en alguna televisión usamericana que las numerosas visitas (casi un millon) que ha tenido su vídeo en Internet es debido a que algo así le puede pasara a cualquiera.
Hombre, Nicholas, perdona que te tutee, pero no estoy muy de acuerdo contigo. A cualquiera cualquiera no sé si le podría pasar que se olviden de uno en su trabajo durante al menos tres horas hasta que se marchen todos a sus casas. Si trabajas en una revista importante y estás trabajando en un número especial (como relatas en los hechos), alguien debería haber pensado en ti para que dejaras de escabullirte del curro e hicieras el trabajo. El jefe, tu superior directo, tu compañero de al lado o cualquier otro. Alguien debería echarte en falta, que no de menos, por lo que se ve. Que sí, era viernes y había un fin de semana de por medio, pero chico, que poco calado tienes entre tus compañeros y lo que es peor, de qué poco sirve tu trabajo que no importa que lo hagas o no, nadie lo tiene en cuenta.
Yo no sé si iría por ahí contando la historia de cómo soy nadie para mi mundo más cercano, cómo nadie me echa en falta ni pregunta por mí ni me buscan, y de cómo, seguramente, piensan de mí que me fui a las 11 de la mañana a fumar un cigarrito y no quise volver. Menuda consideración tienen de ti los colegas, y digo colegas porque amigos debes tener pocos y malos, Nicholas.
Así pues, Nicholas White, yo te recomendaría que trataras de olvidar esto cuanto antes, pues tampoco es que des mucha pena ni tu caso vaya a suponer un antes y un después en la historia de los ascensores. Créeme, tanto los señores Schindler, Otis o la división de ascensores de Miguel Ángel Muñoz, MAM, van a pensar en ti más de un par de minutos, si es que lo han hecho en algún momento. Y tampoco vas a conseguir que la gente se movilice por unos ascensores más seguros o con mejores sistemas de comunicación con el exterior. No creas que estar ahora en todos los medios de comunicación significa algo especial, no. Simplemente eres un tema del momento que pasará en unos días, se convertirá en anécdota de ascensores durante dos semanas y se olvidará para siempre en un mes.
No creo siquiera que llegues a ser nunca ni el protagonista de una pregunta en un trivial de la segunda década de los 2000 o del concurso 'Quién quiere ser millonario'. Posiblemente lo más que se hable sobre ti próximamente serán comentarios como: -"Oye tío, te acuerdas del hombre ese que se quedó encerrado en el ascensor dos días?" -"Sí! cómo se llamaba...bueno es igual. Pero no fueron tres días?" -"Qué más da, pobre hombre, yo no sé que haría si me pasara a mí". - "Ni yo. Por cierto, va a llover, lo han dicho en las noticias hoy..." -"Vaya, pues acabo de venir de lavar el coche, siempre igual!"
En fin Nicholas, no te preocupes porque no te quiera nadie, tiene que haber de todo en esta vida. Y recuerda, usa las escaleras a partir de ahora, porque incluso si te pasa algo en ellas (te caes, te quedas en mitad exhausto o te mueres) algún empleado de la limpieza pasará por ahí y te pedirá que te apartes, lo que puedes aprovechar para contarle tu triste vida. Y si no te puedes apartar, pues vendrá Grissom y su equipo de Las Vegas con aparatitos muy chulos, aunque creo que en ese caso no los podrías ver...
Bueno Nicholas, voy terminando que la carta está quedando más larga de lo que será jamás tu momento de fama.
Un saludo
PD: Por cierto Nicholas, ni se te ocurra hacer pensar en hacer una película de lo tuyo, ya tenemos suficiente con 'La Cabina' con José Luis López Vázquez y con 'Última llamada' de Colin Farrell
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Un aplauso por...como se llamaba el tio ese que se quedo en el ascensor...
Publicar un comentario